domingo, 30 de noviembre de 2008

urbanismo del domingo

el domingo tiene un abanico de rituales; es, quizás, el día de la semana que pone en superficie con mayor crudeza las distintas maneras de vivir lo cotidiano.
el señor madrugador de domingo, que sale tempranito a comprar el diario y pasear al perro; la señora de los ravioles de domingo, que va a por los víveres para juntar en la mesa a sus sanguíneos; la pareja trasnochada de domingo, antes o después del paso por el lecho; la viuda de domingo, que va con flores en todos los colectivos que dejan en chacarita; el divorciado de domingo, que estrena joggin y sale a caminar por la costanera; los padres jóvenes de domingo, que sacan a la crianza a tomar el aire de las plazas; los padres entrados de domingo, que van con la prole a tomar el aire cocotado de los shoppings; y las estrellas de la jornada: los siempre solos de domingo, y la nostalgia por encima de todo.
una canción de pequeña orquesta reincidentes dice, en mis palabras, que los lugares se desalman cuando están atorados de gente que va a ellos porque tiene que ir. así, no hay un alma en el centro a las 3 de la tarde; no hay un alma, los miércoles, en los cines de belgrano. con misma lógica, no habría un alma los domingos, a las 11 am, en los supermercados; todo el día, en los shoppings; por la tarde, en las plazas; y así. pero el centro, los domingos, o las avenidas, o los centros comerciales de los barrios, alcanzan una presencia inédita, existe sobre ellos un halo de niebla los domingos, incluso los domingos de sol. esa niebla es inquietante, como lo más propio de esos sitios, y reluce sólo en días como hoy; en los que una fantástica transferencia, que no me animo siquiera a dilucidar, corre el velo de la mirada y permite que, aunque sea por un instante, las cosas sean como son.

sábado, 29 de noviembre de 2008

territorios

"... en un mundo unificado, no es posible exiliarse.."
G. Debord

la geografía del tiempo hará de este primer post, el último. el tiempo escrito traiciona al tiempo, anulando el dibujo de su desarrollo. quizás uno de los motivos de la pulsión de muerte en los manifiestos. por eso, todo tipo de relevancia a estas primeras palabras, como tales, será transitoria.
necesitaba ir a algún lado, salir del cuarto. no supe dónde y llegué acá.