lunes, 30 de marzo de 2009

otoño


un día sentí necesario conocer el teléfono del centro de reportes meteorológicos. era la época de los nros. cortos, nada de 0800, menos prefijos; nros. cortos.

y llamaba seguido, antes de ir al colegio, o cuando estaba aburrida. los probaba, quería saber cuándo cambiaba el informe, cuándo atendía una máquina y cuándo una persona. ansiaba ser atendida por una persona. al principio, cada tanto, sucedía.
era extraño escuchar a esa voz, me despertaba cierta sensación de calidez oir a quien determinaba si llevaría conmigo una campera o un paraguas o un short. me están dando un consejo, pensaba.

alguien, del otro lado del tubo, me está cuidando.

lunes, 16 de marzo de 2009

la cortada

en la calle se duerme, se coge, se come, se trabaja y se mata. acá nomás, en la calle que cruza.
mi cuerpo se altera como el cuerpo de un gato ante un imprevisto, impido un manoteo y me gano el desencanto. un kiosquero que te cierra el vidrio en la cara, mesas de hombres apostando dónde caerá la sangre derramada, y él y yo, bailando. nadie va a saltar a defenderte, flaca. y el cuerpo te lo cobra todo. la gripe, faltás a tu rutina, ves TV. susana gimenez quiere leyes mas fuertes y tinelli la apoya. la vecina de abajo te grita hija de puta porque un sábado a la noche decidís cenar con un amigo y escuchar música para amenizar la velada. sábado, 23 hs. hija de puta. sábado 15 hs. no voy a dejar de tragar la fainá para ir a evitar que nos comamos. el leviatán vive a la vuelta y ya está haciendo saltar las baldosas.

jueves, 12 de marzo de 2009

espectral


lo bello y lo desplumado

estaba pensando en las comunidades y las pertenencias. hace bastante de eso. cómo uno, para moverse, necesita una coartada, más cuando uno se va quitando lo impune de la inocencia. o a bancarse el papelón de pasar por heidi a los 30.
gran parte del año que pasó fue así. indignada.
sólo basta cambiar el foco para que todo eso no importe nada y tomarse una cerveza en el bar del centro sin necesidad de agarrar el ideario de Rayuela y vestirse de la maga.
me acuerdo todo todo el tiempo de unas ninfas con traje de colegio. aparecieron de atrás de unos verdes en una plaza de recoleta; yo estaba con mi novio extático, mi gran compañero de aquellos momentos de probar todas las cosas. parecía un presagio, algo de otro tiempo que había caído ahí a modo de anticipo. por qué a mí? por qué me preguntaron eso? eso no puede ser una pregunta del colegio. aunque sí, tan perversa.
a veces creo que todo formó parte de mi espanto, anticipatorio y aguafiestas; pilar de mi subjetividad, mi tierra. ¿qué significa resignarse? qué desgraciadas. eran tan bonitas que salieron corriendo luego de mi respuesta, como sabiendo que yo iba a responder sin pensar, que era la pregunta que estaba esperando, que necesitaba de ellas para oírme decirlo.- y necesitaba de ellas para oírme decirlo. como lo desplumado necesita de lo bello, y viceversa.
pero hay un momento en que la antinomia ya no funciona. tampoco eso.
y se siente bien.
quien lo hubiera dicho.